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miércoles, 17 de abril de 2013

El Ríncón, el bar de Tito

Mercado municipal de los Mostenses. Plaza de los Mostenses, 1
Metro: Plaza de España (líneas 3 y 10), Santo Domingo (línea 2)

Cierra sábados por la tarde y domingos
Botellín: 1,30€ (Mahou). Caña: 1,30 (Mahou). Tercio: 2€. Chato: 1€
Tapas: Paella (al mediodía), canapés variados, callos, salpicón, boquerones fritos, huevos rellenos, bravas...
Especialidades: el menú de lunes a viernes con cuatro platos caseros a elegir de 1º y de 2º por 8,50€





En un rincón del mercado de abastos de los Mostenses, enquistado en las estribaciones de la Gran Vía, está Tito tirando cañas, ordenando la cubertería, colocando el azúcar en los platillos de café, luchando para que el bar pueda abrir al día siguiente. Fue mi hermano afectivo, aquel junto al que me creció la pilila, el gran Emilio, quien me reveló este asombroso hallazgo de menús baratos y apetitosos en un entorno tan exótico como incandescente. 
 
De lunes a viernes, por 8'50, los platos caseros orquestados por Aniceto, el Panoramix de los pucheros, sacian con creces los ávidos intestinos de los currelas de la zona. La mayoría de las veces toca comer en la barra, encajado entre el taburete y el plato, dado que, como "rincón" literal que es, sólo tiene cuatro mesas. Pero merece la pena guerrear, cuchara en mano contra los codos ajenos, para comerse la fabada de los miércoles, las lentejas de los jueves o un escalope de pollo, desplegado como una vela de barco pirata, sobre un lecho de patatas no congeladas. Otra opción es tomar botijos observando el ajetreo de los puestos colindantes, que venden yucas y guayabas a excelsas mulatas o dim sums de contrabando a los ictéricos cocineros de los restaurantes asiáticos que rodean Plaza España. 
El esfuerzo se ve recompensado con una tapa generosa de paella (si vas al mediodía), callos a la madrileña (no aptos para estómagos lloricas), huevos rellenos o algún que otro canapé que mitiga el hambre hasta la hora de comer. Por allí andan siempre enemigos irreconciliables de la sobriedad a cargo de trabajos que les permiten hacer un break aderezado: conserjes, reguladores de la ORA, barrenderos, seguratas y dueños de otros bares que comparten, con la masa remolona, las pocas ganas de volver a la faena. 



Aun así no os recomiendo el Rincón. Quiero tener mesa libre para cuando vuelva a comer con mi compadre; aunque no me inquieta demasiado porque sé que muchos de vosotros, de entrada, desestimáis los bares de mercado por parecer desprovistos de cuidado y esmero. Pues mejor para los que conocemos el afán y desvelo con el que trabajan estos zahorís, proveedores de pitanza y refrigerio allí donde se pueden comprar los alimentos pero están por cocinar. 

Y así, seguiré gozando de unas chuletitas de cordero mientras vosotros coméis en el Rodilla.
Hermano... un abrazo fuerte y ánimo. He jugado contigo, mi madre con la tuya, tu tío con mi padre... la vida sigue incluso sin los mejores.

Arnyfront78

1 comentario:

  1. Buenisima la comida, y Tito és muy querido!

    Muito boa a comida deste restaurante, quando trabalhava no mercado mais precisamente na "Carniceria Hermanos Izquierdo" algumas vezes íacomer neste local. Recomendo comida boa e barata, sem falar na simpatia do tito. Saudades!

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