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martes, 27 de mayo de 2014

O' Muiño

Paseo de San Francisco de Sales, 28
Metro: Islas Filipinas (línea 7)
Caña (no hay botellín): 1,30€ (Estrella de Galicia)(tamaño vaso alto)
Tapas: empanada, montaditos, alitas con salsa barbacoa, canapeses, lacón, mini-hamburguesas...
Especialidades: lacón, oreja, morcilla, pulpo y unos bocatas descomunales entre 3 y 4 leuros




Hoy nos dejamos caer por las inmediaciones del clínico, de los colegios mayores y de ese ridículo parque artificial del Canal de Isabel II en donde la gente corre estabulada alrededor de un campo de golf que parece un polígono de tiro, para hablaros de uno de los mejores bares gallegos de la ciudad o, por lo menos, uno de nuestros favoritos. Esta reducida, casi opresiva, tasquiña destinada al incesante trasiego de hambrientos acaba arraigando en el corazón de todo aquel que, aconsejado por estómagos amigos o liberado de prejuicios exquisitos, le da una oportunidad a sus raciones contundentes y a esos bocatas que asustan a anoréxicas. 

¿Qué diferencia al O´Muiño del resto de gallegos que, de forma epidémica, saturan las arterias de los madrileños?... En primer lugar, la inexistencia de lugares comunes: hay un automatismo, cuanto menos hortera, tendente a presentarnos los bares y restaurantes gallegos trufados de tópicos moribundos, abigarrados con panojas secas, hórreos en miniatura, horcas con olor a boñiga, aperos herrumbrosos, banderas de la Xunta, mixing de souvenirs, premios gastronómicos otorgados por el propio bar y al fondo un patocrátor con la cara de Laureano Oubiña. Cuando lo pintoresco deviene en cliché deja de ser pintoresco y pasa a ser grotesco. Se agradece que en el O´Muiño no se subrayen esos galleguismos rococós. Salvo por dos o tres escuetas y concisas alusiones ornamentales a la tierra, a Ponteareas, que resultan sobrias y sinceras, son la empanada, el lacón y el pulpo que desaparecen de los platos, credenciales suficientes  para enaltecer el lugar de origen. Cuando hay buena mano en la cocina sobran todas esas componendas que sólo evidencian carencias en el fondo y superficialidad en las formas. 

La segunda diferencia es el tesón. Esto no quiere decir que los camareros y propietarios del resto de mesones gallegos (y por extensión del resto de bares de la ciudad) se toquen los huevos a dos manos; pero es habitual ver actitudes pasotas, indolentes e incluso chulescas detrás de la barra que no acaban de ahuyentar a los clientes por aquello tan español que observaron los Gabinete: "La fuerza de la costumbre es mi guía y mi lumbre". Esta pareja, trabajadora y entrañable, lleva años atestando el local (no es muy difícil dado lo chico que es) y la terraza a base de esmero, humildad y una perseverancia a prueba de bombas. Al ser un negocio familiar el futuro les va en ello. Hay algo liberador en depender exclusivamente del trabajo propio y del de los tuyos... la única certeza para subsistir es el compromiso. De ahí que Manolo y Raquel perseveren día a día y caña a caña (como diría nuestro gurú El Cholo) en dar lo mejor de sí mismos como si cada mañana fuera el día de inauguración del bar. No hay afectación, sonrisas falsas, ni ningún tipo de esfuerzo para gustar o caer bien. Sólo hay diligencia, naturalidad y pericia en los fogones. 

Cualquier tarde de entre semana el ambiente se va caldeando conforme llegan los oficinistas, universitarios y vecinos de la zona que han cogido la costumbre de doblar y triplicar cañas entre el O´Muiño y El Quirico. No es difícil ver incluso a la niña haciendo los deberes, comiéndose una pizza o viendo "La que se avecina" en el ipad mientras su madre reparte juego con la empanada, las alitas e inumerables comandas de la terraza con la rotunda presencia de una romana feliniana. Así, la vida de una familia, como podría ser la de cualquiera, fluye al compás de un negocio que, no sólo es el sostén de esta buena gente sino que también es un acogedor burladero para todos aquellos que amamos los Bares con B mayúscula de BORRACHERA.

PD: Mi chica me ha exigido que nada más parir en el clínico le lleve un botijo sin alcohol y un bocata de lacón con queso del O´Muiño. Hay que recuperar fuerzas.


Arnyfront78

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