Petisqueira
C/Churruca, 6
C/Churruca, 6
Petisqueira II
C/ Mejía Lequerica, 17
Siempre recordaré la primera vez que visité La Petisqueira por una anécdota que nada tiene que ver con el sitio pero que creo representativa de los tiempos que corren. Cogiendo el metro en Lucero, camino de Tribunal, se montó con nosotros una niña feucha, bajita, vulnerable... como si aparentase más años de los que realmente tuviera pero creyésemos que es al revés. Iba sola, con la mochila del cole en la espalda, despistada, captando cada movimiento del vagón o de la gente con inquietud. Hizo trasbordo, como nosotros, en Príncipe Pío para coger la línea 10 que lleva a Malasaña. Esperaba la llegada del tren cabizbaja, como si quisiera ser invisible ante el hostil trajín de personas.
C/ Mejía Lequerica, 17
Metro: Tribunal (líneas 1 y 10)
Caña (no hay botellín): 1,75€ (Cruzcampo glacial)
Tapas:
abundantes, variadas y grasientas...papas con chorizo y carne, guiso de
patatas con patatas, trozos de pizza casera, mini-cheeseburgers,
berenjenas rebozadas, papas a lo pobre, sandwichitos, tortilla de
patata, revuelto de morcilla....
Menú a 12,95€.
Especialidades: Chuletón trinchado, carabineros a la plancha, pulpo a la gallega, callos, lacón....
Siempre recordaré la primera vez que visité La Petisqueira por una anécdota que nada tiene que ver con el sitio pero que creo representativa de los tiempos que corren. Cogiendo el metro en Lucero, camino de Tribunal, se montó con nosotros una niña feucha, bajita, vulnerable... como si aparentase más años de los que realmente tuviera pero creyésemos que es al revés. Iba sola, con la mochila del cole en la espalda, despistada, captando cada movimiento del vagón o de la gente con inquietud. Hizo trasbordo, como nosotros, en Príncipe Pío para coger la línea 10 que lleva a Malasaña. Esperaba la llegada del tren cabizbaja, como si quisiera ser invisible ante el hostil trajín de personas.
Entonces
recordé como mi hermano jugaba en el pueblo cuando era pequeño, cómo iba
y venía sin que nada ni nadie, aparentemente, pudiera dañarle. Y me
sentí mal por vivir en un sitio en el que a los niños que andan solos se
los puede llevar la mano un extraño. Casualmente se bajó en Tribunal,
por un momento parecía que nos seguía como hacen los perros abandonados que
corren hasta reventar detrás del primer coche que aparezca sabedores de
que, aveces, el riesgo es mejor que el abandono. Alcanzada la calle, mi
chica le preguntó si estaba perdida, si sabía a dónde iba... y con una
leve sonrisa desvalida dijo que iba a buscar a su madre al trabajo. ¿Qué
mierda de mundo estamos haciendo en el que, por necesidad, los hijos tienen que
ir a recoger a los padres al curro en vez de al revés?...
La
Petisqueira es un aposento ideal para cañeadores no profesionales, para
aquellos/as que se quedan atrás por miedo a los efectos incontrolables
del alcohol pero que, al mismo tiempo, les avergüenza mostrar a los
demás sus límites. Por cada caña (que se bebe de un trago ya que es
pequeña) sacan una cantidad ingente de aperitivos, así que, la poca
priba que se ingiere por ronda sumado a la compensación causada por la
zampa ayudan a controlar y contrarrestar el pedo. Si eres de los que vas
a tomar birra o chatos y orillas la tapa hacia el camarero, éste no es
tu sitio.
La
última vez que estuve fue un viernes noche y desconocía que hubiese
servicio de guardería; por eso aprovechan para bajar la calidad de la
tapa a base de masazas (sandwiches, mini-burgers, pizza) que engullen
veinteañeros con cráteres de acné. Entre semana el asunto
está mejor: revuelto de morcilla, tortilla de patata, algún que otro
guiso... aunque también son propensos a las sempiternas patatas con
chorizo o chistorra que acaban como un Tango Adidas en el estómago. Otra
opción son las raciones... generosas en cantidad, correctas en
calidad.
Destaca
también por la limpieza, tanto del local como en la comida y en las
uñas de los camareros. En los comentarios que circulan por internet hay
quien lo compara con "El Tigre" de la calle Infantas... nada que ver, en
la Petisqueira te puedes comer la tapa sin esperar sorpresas animadas. Los
camareros son educados sin ser estirados. Hay un portugués del atléti bastante enrollado y una camarera con gafas que tiene muchas
ITV´s selladas en eso de tirar cañas.
Antes
de pagar me fijo en dos chavalitos con choflas que hablan de temas
académicos con una morena de labios carnosos y una trenza como la de
Rapunzel. Uno de ellos viste inadvertidamente, el otro lleva una "H" de
Harvard o Hogwarts en un jersey naútico comprado en el Mulaya. Intuyo
que querrían cabalgarla. Que a cada palabra que sale de esa boca rosada
fantasean con expectativas que, se cumplan o no, alimentan hasta la
mitad de la vida. Luego llega la hiperplasia de próstata.
Carpe diem
chavales!!!!
Arnyfront78
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Quieres decir algo?