Especialidades: Pulpo, empanadas (lomo, bonito, bacalao con pasas o berberechos), mejillones (al vapor o en salsa), vieiras, berberechos, zamburiñas, croquetas (lacón, bacalao o centollo), bacalao a la gallega, lomo de aldea, chuletón de buey gallego, raxo do burgo, pimientos del padrón...
Si una noche incandescente de agosto te invitan a pulpo, zamburiñas, mejillones... todo bien regado con cerveza, de postre una tarta de chocolate con helado y encima quien apoquina sale entusiasmado por haber pagado 60€, no seré yo quien ponga un sólo "pero".
El pulpo que hacen
en "La gran pulpería" es bueno. Aunque parezca una obviedad, no lo es
tanto. España está llena de pulperías en las que lo mejor que tienen es
el salchichón. He comido desde chicles con sabor a sepia hasta patitas
duras como pedernales. El de aquí estaba en su punto. Eso sí, escasito,
no más de 12 trocitos muy bien distribuidos por el plato. Cubriendo lo
máximo posible los espacios níveos del fondo; como hacían las madres de
posguerra con los veinte garbanzos que había en cada plato... una
estrategia psicológica para paliar el hambre o, como en este caso, una
argucia para escatimar en pulpo. Lo pedimos braseado... sabía a ascuas. Y
venía cimentado por puré de patata y pimentón ahumado de la Vera.
Una grata sorpresa para el paladar.
Luego llegaron las zamburiñas, esos
bibalvos tan carnosos y henchidos que no pueden dejar de evocarme (mente
enferma la mía) a enormes y majestuosos clitoris al borde de un orgasmo sublime e irreal. Ocho zamburiñas que supieron a poco y que
precedieron a un orinal lleno de mejillones al vapor tan tiernos como
chiquitos. Cuando los finiquitamos me dediqué a absorber el caldo con
las conchas. Los de al lado me miraban con la misma condescendencia
despectiva con la que se mira a dos muertos de hambre pringando pan en
un huevo frito. ¡Ahí iba a dejar ese jugo tan rico!
Y es que este
restaurante situado junto a una franja ajardinada de la avenida Juan
Pablo II de Pozuelo de Alarcón tiene ese abolengo entre bucólico y
clasista de los mejores merenderos de Alabama en los que de pitanza
podrías esperar desde pollo frito con guisantes, pan de maiz y
zarzaparrilla hasta asado de negro al estilo cajún. Los camareros son
profesionales de manual... con voz engolada y afectación en las formas,
sabedores de que no pueden mantener el puesto de trabajo si,
simplemente, relajan los hombros y miran a los clientes a los ojos. Pero
nos trataron bien, haciéndonos recomendaciones de las que no hicimos ni
puto caso pero que son de agradecer. De aperitivo, mientras leíamos la
carta, asesinaron un chorizo (literalmente) que picaba lo suficiente como
para pedir unas cuantas jarras de cerveza más.
Y así pasamos un par de
horas, hablando de esto y de aquello, rodeados de señores y señoras
estupendos, ataviados con ropa de sport clásica, sin alardes ni
ostentaciones, con incluso algún que otro detalle (unas chanclas, un
bolso viejo, un movil arcaico) que denote el apego a las cosas, la
incondicional adhesión a una forma de vida basada en el orden, el
sacrificio, la austeridad (a ratos) y la tradición. Eso sí, algún que
otro Patek Philippe pagado por la empresa en la muñeca del patriarca y
muchos flequillos de yorkshires en chavales, un poco apollardados, que
no saben si hacer caso a papá y estudiar en verano para recuperar las
asignaturas de empresariales que han suspendido o, como Tom Cruise en
Risky Business, aprovechar que la family está fuera en agosto para hacer del acogedor hogar una casa de putas, juego y drogas.
En
resumen, un gallego con buenos productos y precios aceptables en el
corazón de un enorme gueto de avenidas perfectas y urbanizaciones
aisladas. Casas
blindadas para proteger plasmas, cuberterías, un Miró de vez en cuando y
perros enanos de mierda que aveces trabajan a destajo sobre superficies
vellosas. Pero es que la alternativa sería convivir con la chusma,
¿no?....
Arnyfront78
Hacabo de descubrir tu blog y me lo he leido del tiron, me lo he pasado bien leyendolo.
ResponderEliminarMe he descojonado literalmente con tu forma de escribir.Sigue asi y gracias.
Muchas gracias, anónimo. Tú comentario hace que queramos beber aun más cervezas. Un saludo, amigo/a.
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